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Escrito por: Silvia González
Para este artículo escribo esto desde mi experiencia como persona hiperactiva, y desde la conciencia de que hay gran parte de la población que pasan por lo mismo y se sienten mal, frustradas o fuera de lugar.
Considero importante aclarar que cualquier característica personal puede ser vista como limitación o virtud, todo depende del ser humano que lo observe y del enfoque que se le dé.
La hiperactividad la podemos comprender como el movimiento continuo y permanente de una persona, ya sea en la misma silla o al levantarse constantemente del asiento.
Otra característica de esta población es que suelen estar muy atentos a lo que pasa a su alrededor, dificultándoles de esta forma mantener la atención en una sola actividad.
Dentro de la mayoría de los ambientes, estas conductas son vistas como retadoras o limitantes del aprendizaje.
Solo debido a que no calzan con la metodología de enseñanza tradicional, donde se espera que todos estén en silencio, sentados y trabajando o escuchando atentamente por lapsos prolongados de tiempo.
Antes de implementar otras recomendaciones considero de suma importancia fomentar el aprovechamiento máximo del recreo.
Ya que este en esencia es un espacio libre que fomenta el movimiento, el descanso, el juego, la socialización, la ingesta de alimentos, la exploración y el disfrute.
Por ninguna razón se debería de castigar a los estudiantes quitándoles el recreo ni tampoco decirles que deberían hacer en su tiempo libre.
Es muy importante respetar la personalidad de cada ser humano con quien se trabaja y ser consciente que antes de ser estudiante, se es ser humano, con necesidades básicas como comer, ir al baño, tener tiempos de descanso, entre otros.
Algunas ideas para abordar la hiperactividad dentro del aula son:
1.Facilitar clases dinámicas:
Las clases dinámicas puede ser muy variadas y van a depender de la metodología, la creatividad de la docente y las necesidades de las personas aprendices.
Algunos ejemplos son: darles la libertad a las personas de escoger si estar de pie o sentados a la hora de realizar una actividad, trabajar en diversos espacios (zona verde, aula, gimnasio, entre otros).
También, darle la oportunidad de que realicen el trabajo en el suelo del aula o en su silla, incorporar el trabajo en equipo, integrar el tener que correr, caminar o bailar, entre muchas otras.
El movimiento humano es algo natural y sumamente necesario para todas las personas, cuando se incorpora de manera espontánea y libre a los estudiantes les suele gustar muchísimo y se sienten con mayor posibilidad de expresar quienes realmente son.
2. Incluir pausas activas:
Las pausas activas son pequeños descansos para la mente y el cuerpo, luego de mucho tiempo en una misma posición o realizando una misma actividad.
Estas pausas buscan fomentar la buena salud de las personas, un buen desempeño en sus labores, la reducción del estrés y la ansiedad, entre otros.
Algunas ideas para realizar estas pausas con nuestros estudiantes son: levantarse de la silla, caminar despacio por todo el salón y abrazar a cinco personas.
Realizar de pie estiramientos dirigidos por la docente; ir a la zona verde y tener contacto con la naturaleza; poner una canción y que la puedan bailar quienes así lo deseen; entre muchas otras.
No hay nada que dictamine que es una buena o mala pausa activa, todo depende de la creatividad de las personas que están dentro del aula.
Lo que si es importante es ponerse de pie, buscar mover el cuerpo y que la mente pueda concentrarse en algo diferente a lo que venía realizando.
La frecuencia de estas pausas lo puede dictar la exigencia del trabajo realizado, el tiempo de concentración de las personas, la necesidad de movimiento de los integrantes del grupo, la hora del día, si hay o no bloqueos, frustración, ansiedad o alguna otra.
3.Crear un espacio para canalizar la energía:
Al igual como hay en muchos salones de clase un espacio alusivo a las cuatro materias básicas.
Se podría hacer un espacio multifuncional que pueda estar dirigido a quienes tienen necesidad de movimiento frecuente, personas que terminan antes sus trabajos o para quienes estén muy cansados y ocupen cerrar sus ojos por unos 5 minutos.
Este espacio podría tener alfombras, mats o tatamis que se encuentren listos para usar o que sean armables y desarmables por la persona que lo va a utilizar.

4. Incluir el uso de balones de ejercicios como asiento:
Esto tiene muchos beneficios a nivel postural, de concentración, en la canalización del movimiento, en la propiocepción de las personas, promueve el constante cambio de postura, evita dolores de espalda, es divertido y económico.
Aquí te dejamos un enlace donde puedes encontrar ejemplos de esos asientos dinámicos que podrías incluir.
5.Definir un asistente del profesor/a:
Como última idea se le puede dar pequeñas tareas a las personas que requieren canalizar su energía o que se levantan constantemente a hablar con sus compañeros.
De esta manera, en lugar de que se estén levantando a distraer a las demás personas estarían usando su energía y posible liderazgo para mantener el aula ordenada o apoyar a otros compañeros y aprender a encausarlo de una manera positiva.
Todas estas ideas tienen el fin de aportar valor o inspirar nuevas formas de facilitar el aprendizaje, normalizando las clases donde se trabaje en grupo, se utilice el arte y el movimiento como medios de aprendizaje y donde se valide las múltiples formas de concebir los conocimientos.
¿Qué le parecen estas ideas? ¿ve alguna de estas factible de implementar? ¿le gustaría que la persona docente aplicara en el aula alguna de estas ideas?
Cuéntennos sus experiencias en los comentarios del artículo o por medio de un correo a nuestro email de contacto.